Llama y reserva

Historia de las barberías, evolución de una pasión

Historia de las barberías, evolución de una pasión
21/03/2018

En Samuel Barber Shop, barbería de Torremolinos especializada en cortes y estilismos diversos para el vello facial, sentimos una rendida devoción por nuestro oficio. Por ello, nos gusta bucear en su historia y evolución a lo largo de los siglos: muchas veces encontramos una valiosa inspiración volviendo la vista hacia ese fecundo pasado y rica tradición.

En nuestro local atendemos una amplia y diversa clientela, testimonio del ascenso de la barba como complemento estético característico de esta última década. Pero en tiempos pretéritos el perfil medio del cliente que se sentaba en el sillón de barbero para acicalar su vello facial resultaba diferente. Vamos a realizar un paseo rápido por esa evolución del cliente de barbería a lo largo de los años.

Aunque el corte de barba ha acompañado al hombre desde su mismo origen (durante la Prehistoria y el Antiguo Egipto estaba reservado únicamente a sacerdotes, monarcas e individuos de gran poder e influencia), y a pesar de su presencia en la Grecia Clásica y la Antigua Roma (periodos en los que la actividad se generalizó, pero siempre entre la clase pudiente) y su vinculación en la Edad Media con la medicina (¡en aquellos años años los barberos también eran cirujanos!), las barberías tal y como las conocemos hoy nacieron en el siglo XIX.

Muy vinculadas a la Revolución Industrial, en esos primeros años los clientes que optaban por sofisticados looks hirsutos también correspondían a las clases altas, aunque ya se generalizaban locales de precios más populares en los que la clase obrera optaba por cortes sencillos y compatibles con las intensísimas jornadas laborales. Durante ese siglo las grandes barbas y poblados mostachos seguían siendo la norma. Una tendencia que se prolongaba hasta las primeras décadas del siglo XX, en las que tímidamente el vello empezó a reducir su abundancia y presencia en los rostros.

Si bien las primeras barberías modernas datan de comienzos del siglo XIX (¡algunas siguen activas desde entonces!), el oficio del barbero moderno, completamente despojado de vínculos con la medicina y engorrosas labores como las sangrías que originaron los postes de barberos, se institucionaliza en 1924, cuando se constituye el primer sindicato de barberos en Chicago.

Precisamente en los alegres años 20 arranca la edad dorada de las barberías, que trascienden su labor funcional para convertirse en genuinos espacios de ocio. Puntos de encuentro para socializar, espacios de tertulia, rincón para conocer las últimas novedades del mundo a través de las ondas hertzianas... En este fructífero periodo es cuando definitivamente se democratiza su uso, y el perfil de cliente bascula entre el dandi de entreguerras a los padres de familia que acudían a retocar sus mostachos acompañados de sus hijos, que aprovechaban la visita para recortar el flequillo. Una clientela amplia y común que ya prácticamente no abandonó la costumbre de pasar por el barbero hasta nuestros días. Y es precisamente ese carácter socializador y abierto de las barberías de la primera mitad del siglo XX el que queremos recuperar en Samuel Barber Shop.

Salvo el paréntesis abierto en los 70, las barbas pobladas desaparecieron de la moda masculina hasta su eclosión a principios de esta década, pareja al fenómeno ‘hipster’. Las barberías se tornan entonces en espacios culturales muy pendientes de la moda más innovadora. Un público juvenil, altamente formado e inquieto culturalmente, recupera usos y costumbres olvidados desde la época de sus abuelos.

En Samuel Barber Shop nos enorgullecemos de mantener vivo ese espíritu abierto y sociable de las barberías clásicas, pero con el punto fresco e innovador de las actuales. Atendiendo a la diversidad de nuestra clientela, en la que recibimos desde aficionados al corte clásico a intrépidos adalides del vello facial más rupturista y llamativo, afirmamos satisfechos que lo hemos conseguido. ¡Visítanos para descubrirlo!



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